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Siervas del Evangelio

La Congregación de las Siervas del Evangelio es una obra de Dios realizada por medio de su fundador, Don Manuel Hurtado y García.

Don Manuel Hurtado y García nació en Arenas del Rey (Granada, España) el 25 de marzo de 1896. Ordenado en 1919, en 1924 fue nombrado párroco de la parroquia de Santa María Magdalena, de Granada. Su gran preocupación fue la catequesis.

El incremento de la catequesis parroquial le hizo ver la necesidad de realizar su idea de crear un Instituto Religioso de catequistas auxiliares. En octubre 1934 la insinúa a una joven dirigida suya, María Márquez Benavides, que acogió la idea con entusiasmo. Don Agustín Parrado, Arzobispo de Granada, acogió la inspiración de D. Manuel como venida de Dios. En verano de 1939 D. Manuel escribió las Constituciones. El 26 de julio de 1940 se reunieron por primera vez las futuras religiosas. El 30 de noviembre de 1944 el Arzobispo aprobó la Pía Unión de Siervas del Evangelio. Y la erigió como Congregación de derecho diocesano el 11 de octubre de 1945. En la Epifanía de 1946 las primeras Siervas del Evangelio emitieron sus votos perpetuos e iniciaron su vida apostólica.

Murió el Siervo de Dios el 12 de enero de 1966, siendo Obispo de Tarazona. Sus restos descansan en la Casa Madre de la Congregación, en Granada. Desde 2001 la causa de canonización sigue en Roma, en la Congregación para las causas de los Santos.

La Congregación de Siervas del Evangelio mantiene el carisma recibido de su Fundador: Congregación de Siervas, consagradas como esclavas al servicio de la caridad; del Evangelio, porque la obra especialísima de caridad a que se consagran es la de difundirlo con el ejemplo y la palabra, bajo la dirección y obediencia de la Jerarquía Eclesiástica. De ahí el ser eminentemente parroquial de este Instituto. La aprobación de Derecho Pontificio está firmada por S.S. el Papa Juan Pablo II el 25 de marzo de 1983.

La espiritualidad de las Siervas del Evangelio la señaló su fundador: "Pusimos nuestro proyecto en manos de Dios, fijando nuestra mirada en la Santa Casa de Nazaret como hogar tipo de la nueva familia". La Sagrada Familia es su Modelo y especial Protectora "para reproducir sus ejemplos y lecciones de vida evangélica en el ser y en el quehacer de cada día". Sus casas se llaman "Casa de Nazaret". Su fundador sintetiza su espíritu y estilo: "Es un Instituto en el que están conjugadas la actividad apostólica más densa y una profunda vida interior, de austera observancia religiosa". Las Siervas cuidan y viven intensamente su vida de oración: Eucaristía, Liturgia de las Horas, oración personal y comunitaria, rezo del Rosario. Como fundamento de su vida apostólica.

Todo lo propio de una labor parroquial entra en la colaboración que prestan las Siervas del Evangelio a las Parroquias. Catequesis tanto de niños como de Primera Confesión y Comunión como de Confirmación, movimientos apostólicos de adolescentes y jóvenes, formación de catequistas, catequesis y movimientos de adultos, Liturgia y todo lo relacionado con el culto, ornato y cuidado del templo, archivo parroquial y también colaboración en la acción caritativo-social. Pues "conforme al espíritu del Evangelio, atenderán con particular amor a los pobres y a los que sufren" (Const., art. 64)

La Congregación cuenta con Casas en distintas provincias españolas, de Madrid, Castilla y León, Castilla La Mancha, Andalucia; y también en el Perú, en misiones del sur de Lima.